Creo que nunca olvidaré aquel caluroso 5 de julio de 2008. Aquella casa de la que salió Víctor en la que sus hermanos le pasaban una toalla cual Rafa Nadal para secar el sudor de su frente. Aquella Vanesa espectacular con su Pepe Botella. Aquella foto en medio de la Gran Vía saliendo de El Corte Inglés. Aquella majestuosa celebración en La Finca Buenavista.
Son tantos y tan buenos los recuerdos de la boda de Víctor y Vanesa que ahora cuando han venido a visitarnos con Paula los volvemos a recordar con cariño.
Éste álbum fue diseñado a escondidas como regalo para Víctor. Estoy segura de que le encantó. Son una familia encantadora a la que la vida a tratado muy bien. Tienen una Paula que vale millones.